Como ya decidí no darle más vueltas a la estructura dramática de Operación Caronte, me tocó concentrarme en la forma. ¡Cómo se pueden poner tantos gerundios y perífrasis por centímetro cuadrado!
Verbos retorcidos para acciones imposibles y sujetos múltiples para verbos moribundos, adjetivos insustanciales, frases inconexas, adverbios acabados en -mente como las amapolas en el campo… Desolador.
De verdad que he hecho lo que he podido, aunque seguro que se puede mejorar. No soy Camilo José Cela (de momento).
He querido entender esta novela como una sucesión de etapas de aprendizaje por las que tengo que pasar y no puedo saltarme ninguna. Cada paso que avanzo (aunque sea hacia atrás) es un ascenso hacia la dominación de un oficio difícil.
En esta fase de la construcción, he decidido encargar a una profesional un análisis de estilo, porque tengo muy buenos amigos que todo les parece maravilloso y soy una crack, la CR7 de mi barrio, pero debe ser que no me leen o me quieren mucho.
La semana que viene tendré los comentarios profesionales de Gabriella Campbell, que me encanta cómo escribe y cómo me engancha siempre hasta el final. A ver si se me pega algo.
La podéis descubrir aquí:
http://www.gabriellaliteraria.com
By María Arenas

CÓMPRALO AQUÍ EN PAPEL O AQUÍ EN E-BOOK