La mente es maravillosa. Es el arma más poderosa que posee el ser humano.
En los campos de concentración nazis, se pudo observar que los reclusos que tenían familiares o amigos sobrevivían, mientras que los que ya no tenían a nadie morían rápidamente. Su salud se deterioraba de forma más acusada y en pocas semanas se agotaban y morían. Los que conservaban la esperanza, los que rezaban por que sus familiares y amigos estuviesen vivos aguantaban en condiciones horribles, que todos conocemos. Conservaban la intención de sobrevivir por una causa.
No importaba la edad, la constitución física o la enfermedad. Si tenían algo por lo que luchar, sobrevivían.
De esta misma forma, se han explicado curaciones espontáneas de enfermedades mortales o la superfuerza que de pronto tiene una madre para salvar la vida de su hijo.
La mente humana es el mayor prodigio de la naturaleza que tenemos a nuestra disposición y tal vez por eso, no sabemos utilizarla.
Sería fantástico poder desarrollar todo el potencial de la mente. Sería tener superpoderes.
Supongo que el poder tiene que ver con la intención de conseguir algo. Te concentras en lo que quieres como todo tu ser y lo deseas hasta que todas las partículas de tu cuerpo rezuman fotones en haces de luz mágica y ¡zas! lo consigues.
Lo difícil es centrar lo suficiente tu deseo para que nada se interponga en tu camino, porque el cerebro humano es un cansino negativo. Siempre está con excusas del tipo: eso es imposible que me suceda porque no tengo suerte, porque soy una torpe, porque no me puede pasar algo tan maravilloso, porque soy una caquita… y así todo el tiempo.
Creo que primero hay que callar las estupideces que se le ocurren.
Yo, de momento, me pongo manos a la obra. Ya os contaré cómo me va.
By María Arenas

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