Como dijo Hamlet: «Algo huele a podrido en Dinamarca». Hay personas que enrarecen el aire, lo hacen denso, irrespirable y encima, son las que se empeñan en echar ambientador por todas partes, para camuflar su propio hedor.
No, no, no. No hablo de algo físico, no es sudor, no es mal aliento. Es mal karma.
Tienen el cadáver pudriéndose en el armario, pero no pasa nada, venga echar ambientador de fresita.
El ambientador es un puñado de componentes químicos volátiles que se meten en los pulmones llenándolos de mierda, así que, una vez superada la primera impresión (¡uumm! huele a fresita), tienes los pulmones llenos de porquería rosa y además la nariz llena de tufo a cadáver.
Consejo: Si tienes un cadáver en el armario, entiérralo, y no eches más ambientador de fresita.
By María Arenas

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