Bien. Buf. Ejem.
No sé muy bien cómo empezar y explicar lo que ya llevo empezado y tengo asumido desde hace tiempo.
Me ha costado un poco y, a pesar de las señales que veía a mi alrededor, me he estado haciendo la sorda durante bastante tiempo. Pero, he asumido que puedo hacer cosas extraordinarias, que no son trabajar cada día doce horas diarias en una sórdida oficina para una compañía aseguradora, poner lavadoras, fregar platos y jugar a las casitas.
Puedo imaginar mundos paralelos, plasmarlos en palabras y hacer que sean realidad por unas horas o días, en la vida del lector. Pueden ser mundos peligrosos o emocionantes, pero siempre distintos del aburrido mundo gris que me ha tocado vivir.
Y es la grisedad lo que finalmente me ha empujado a escribir.
Al principio era muy duro. La casa, el trabajo, el cansancio que como mugre se te mete debajo de las uñas y no te deja avanzar. Pero, entonces, me plantee objetivos: escribir una novela y publicarla. Ese ha sido mi Norte los últimos años.
Me he planteado otros objetivos más mundanos, claro: cambiar de trabajo, ser millonaria, cambiar de casa, ser millonaria… y cosas así. Pero, supongo que como no dependen exclusivamente de mí, no he tenido suerte en conseguirlos.
Tengo la absoluta certeza de conseguir los objetivos que dependen exclusivamente de mí misma.
Ha sido gracias a mi testaruda obsesión de perseguir mi Norte, lo que me ha llevado a abrir este blog y la web, a poco de publicar mi primera novela, Operación Caronte.
En este blog, se podrán encontrar mis pensamientos, las cosas que me pasan o las que no, lo que me parte el alma, lo que me desespera, lo que me emociona, las reflexiones que me hacen avanzar o hundirme, el camino de Operación Caronte y las que vengan después.
Y sobre todo, será la exhibición pública y notoria de mí misma, con las tripas en la mano.
María Arenas.