Este lunes os traigo un remake, una historia que no es mía. Se trata de la historia de los demonios y los Néfilim que atribuyen a un profeta o escriba llamado Enoc, padre de Matusalén y bisabuelo de Noé. Está recogida en el Libro de Enoc, un refrito que ha llegado a nuestros días en distintas lenguas y traducciones y que es rechazado por los cristianos y judíos por ser contrario a la ortodoxia actual. Pura blasfemia, vamos. Por más decir que el texto tiene un olor a viejuno que apesta y que la misoginia se te queda pegada en el paladar en cada palabra. Pero si limpiamos el barro y lo leemos con las gafas del siglo XXI, queda una historia interesante. Aquí va.